La investigación judicial por la muerte de Diego Maradona sigue arrojando datos que complican a varios integrantes del equipo médico que lo asistía en su casa del barrio San Andrés.
Por Redacción
Uno de los puntos más delicados del expediente es el funcionamiento —o la falta de funcionamiento— del dispositivo de internación domiciliaria, coordinado por la médica Nancy Forlini, quien trabajaba para la empresa Swiss Medical.
Forlini era la encargada de articular el servicio de atención domiciliaria, una estructura que debía contar con médicos clínicos, enfermeros permanentes, asistencia psicológica y controles constantes, debido al delicado estado de salud del exfutbolista. Sin embargo, según la acusación fiscal, ese sistema no funcionó como debía: hubo falta de controles, deficiente supervisión y una preocupante desconexión entre los profesionales.
Además de Forlini, están imputados Leopoldo Luque (neurocirujano y médico personal de Maradona), Agustina Cosachov (psiquiatra), Carlos Díaz (psicólogo), Dahiana Gisela Madrid (enfermera), Ricardo Almirón (enfermero), Mariano Perroni (coordinador de enfermeros) y el propio Forlini, señalados por presunta negligencia médica y abandono de persona.
En el expediente se analizan comunicaciones entre Forlini y Perroni, donde se evidencia una posible falta de claridad en las indicaciones médicas. También se registraron tensiones con la psiquiatra Cosachov y el psicólogo Díaz, lo que sugiere una desorganización interna en el equipo de salud.
Los fiscales sostienen que no se trató de una internación domiciliaria en términos clínicos formales, sino de un armado precario, sin estructura, y sin las condiciones mínimas para asistir a un paciente con una cardiopatía severa y antecedentes de adicción. Incluso se llegó a mencionar que Maradona no estaba en condiciones de alta médica y que su salida de la clínica fue una decisión impulsada por intereses ajenos a su salud.
Las hipótesis judiciales apuntan a que el equipo actuó con una “representación del resultado”, es decir, que sabían que la atención era deficiente y que el desenlace podía ser fatal, pero aun así siguieron adelante. Esta figura es clave en el marco de la imputación por homicidio con dolo eventual.
El rol de Nancy Forlini, como nexo entre Swiss Medical y el equipo médico, es uno de los más cuestionados. La investigación busca determinar si cumplió o no con su responsabilidad de garantizar un servicio adecuado, si advirtió las condiciones en las que estaba Maradona y si, eventualmente, omitió intervenir cuando era necesario.
El caso sigue sumando pruebas, mientras la Justicia avanza en la reconstrucción de los días previos a la muerte del ídolo argentino, ocurrida el 25 de noviembre de 2020. El expediente ya se ha convertido en uno de los procesos judiciales más resonantes del país y podría sentar un precedente sobre la responsabilidad de los profesionales en internaciones domiciliarias de alto riesgo.
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