Todo comenzó con un simple tuit. Zulemita Menem, hija del expresidente Carlos Menem, lanzó una crítica filosa a Viviana Canosa tras sus constantes ataques mediáticos, pero lo que llamó la atención no fue el contenido… sino la despedida: “CIAo”. Sí, con las primeras tres letras en mayúscula. ¿Un descuido de autocorrección? ¿Una ironía? ¿O una advertencia cifrada?

Los teóricos del submundo conspirativo ya encendieron las alertas. Porque si algo sabe el periodismo argentino es que nada en el universo de Canosa es casual.

Viviana Canosa ha declarado admiración por Tim Ballard, exagente de seguridad estadounidense, protagonista de la historia detrás de la película Sound of Freedom y supuesto justiciero global contra redes de trata de personas. Lo curioso es que Ballard ha sido vinculado a movimientos ultraconservadores y ha tenido contacto con sectores ligados al aparato de inteligencia estadounidense. Incluso, se ha rumoreado sobre su participación en operaciones de influencia internacional camufladas de causas nobles.

¿Es posible que Canosa haya servido como una suerte de embajadora discursiva de este frente ideológico en Argentina? ¿Su repentino giro hacia discursos nacionalistas, antiagenda progresista, y cruzadas morales tengan un manual de estilo Made in Langley?

Zulemita, que no da puntada sin hilo, podría haber usado ese “CIAo” como una forma de whistleblowing criollo. Una despedida sarcástica pero también un guiño para los atentos. ¿Estaba sugiriendo que la periodista no es solo una provocadora mediática sino también una operadora de influencia cultural con vínculos en el norte?

Recordemos: Canosa ha viajado a Estados Unidos en varias ocasiones y ha cultivado contactos con personajes de la política y el activismo conservador. Desde discursos en conferencias hasta entrevistas con figuras de dudoso prontuario, su narrativa muchas veces coincidió con campañas desinformativas fogoneadas desde agencias internacionales.

La teoría más audaz sostiene que Viviana Canosa sería una "asset" de la CIA en medios latinoamericanos, encargada de polarizar la opinión pública, desacreditar figuras progresistas y generar caos institucional a través de denuncias explosivas y relatos sin pruebas, pero con alto impacto emocional. En ese juego, su vínculo con Ballard no sería una coincidencia, sino una clave.

La pregunta final: ¿Viviana trabaja para la CIA o solo es parte del show? Tal vez nunca lo sabremos. O tal vez Zulemita ya nos dio la respuesta.

CIAo.