Lujo aspiracional, lujo silencioso... ¿qué comunican tus elecciones? Antes de hablar de lujo, me gusta tener los conceptos claros. Y a vos, que me estás leyendo, imagino que también.
Por Gabriela Guerrero Marthineitz
Hoy te invito a revisar dos formas muy distintas de vivir y comunicar el lujo.
Porque sí, cómo consumís, cómo te vestís, cómo te alimentás y hasta cómo hablás… todo eso también dice algo de vos y va diseñando tu estilo.
Los lujos de los que vamos a hablar hoy no son solo económicos:
Son estilos de vida, posturas frente al mundo, formas de estar y de elegir, que comunican mucho más de lo que parecen.
¿Qué es el lujo aspiracional?
Es el deseo de acceder a productos, marcas o estilos de vida de lujo, aunque no se tenga el poder adquisitivo para consumirlos regularmente.
No se trata solo de comprar, sino de identificarse simbólicamente con ese universo:
Seguir marcas premium y ostentosas en redes.
Comprar una prenda o accesorio de lujo con los logos exageradamente destacados.
Adoptar la estética o el lenguaje del lujo sin saber de qué se trata.
¿Por qué es tan poderoso?
Porque vende un ideal.
El lujo aspiracional apela a:
La identidad ("quiero ser parte de eso")
El estatus simbólico (mostrar pertenencia, aunque sea parcial)
La emoción (el deseo, la admiración, el placer estético)
Las marcas lo saben: por eso lanzan líneas más accesibles (como perfumes, anteojos, maquillaje, cápsulas), para incluir al consumidor aspiracional sin abaratar el posicionamiento y con logos ostentosos.
"El lujo aspiracional no siempre se compra: a veces se imita (adquirir réplicas de productos carísimos), se sueña, se desea.
¿Qué es el lujo silencioso?
El lujo silencioso o quiet luxury es una forma de elegancia discreta, sin ostentación.
No necesita logos, brillos ni exageraciones.
Habla bajo, pero con fuerza.
Es elegir lo bien hecho, lo duradero, lo que no grita su precio, pero expresa su valor.
Implica:
Materiales nobles
Diseño atemporal
Colores sobrios
Buen gusto sin estridencias
Un estilo que no busca impresionar, sino representar
Es el lujo de quien sabe quién es y no necesita demostrarlo.
¿Qué comunica?
Seguridad interior
Estilo sin esfuerzo
Conexión con lo auténtico
Una forma de consumo más consciente, alejada del ruido del “mostrar”.
“El lujo silencioso no busca llamar la atención, busca estar en armonía con quien lo lleva.”
Hay algo incómodo en ver a alguien “gritar” que tiene plata.
Un gorro con un logo enorme.
Una cartera que se reconoce a 20 metros.
Una remera con iniciales que no remiten a la identidad personal, sino a la de una marca.
Es lo aspiracional convertido en espectáculo.
Vivimos en tiempos donde mostrar lo que uno tiene (o quiere aparentar tener) se volvió más importante que disfrutarlo.
El lujo dejó de ser un mundo reservado a unos pocos privilegiados para convertirse en una estética replicable, muchas veces impostada, que busca validación social.
El mensaje es claro: “Mirá lo que tengo”.
Pero también, sin querer, puede ser: “Mirá lo que vos no tenés”.
El lujo aspiracional, en su versión más cruda, puede agredir.
Es un gesto que separa, que genera distancia, que deja afuera.
Por eso crece en silencio otra forma de vincularnos con lo bello, lo duradero y lo bien hecho: el lujo sin logo.
Ese que no necesita gritar para ser.
Un abrigo de buena calidad sin etiquetas visibles.
Un bolso de cuero curtido a mano por artesanos, sin más firma que la calidad del material y el diseño.
Un gorro bien tejido, de una fibra noble, que abriga más de lo que alardea.
Y acá viene lo importante: el lujo silencioso “NO ES UNA CUESTIÓN DE DINERO”,
ES UNA ACTITUD.
Una decisión.
Una forma de elegir pocas cosas, pero buenas.
No importa si es una prenda heredada, hecha a medida o encontrada en una feria de segunda mano: lo que define al lujo silencioso no es el precio, sino el valor.
Es estilo por encima de moda.
Es pertenencia sin necesidad de demostrar.
Es respeto por uno mismo y por los demás.
Porque vestir bien también puede ser un acto de empatía.
¿Queremos mostrar lo que tenemos o disfrutarlo en paz?
¿Queremos vestirnos para parecer o para ser?
El lujo silencioso tiene una fuerza tranquila.
No está hecho para impresionar, sino para durar.
Y en ese silencio, muchas veces, dice mucho más.
El lujo silencioso tiene una fuerza tranquila.
Y ahí está su verdadero poder
En el mismo plano en que se debate estética versus ostentación, hay otro detonador económico: entre enero y mayo de 2025, los argentinos gastaron USD 1.572 millones en ropa del exterior.
Las compras por courier crecieron un 211 %, mientras que la industria textil local enfrenta una caída de ventas del 7,7 %, un 56 % de marcas reportando baja facturación y una capacidad ociosa del 40 % en sus fábricas.
El lujo aspiracional (representado por ropa barata de marcas globales como Shein o Temu sin historia ni trazabilidad) desplaza el valor local, precariza empleos y exporta recursos que podrían potenciar la moda argentina.
Mientras tanto, el lujo silencioso apuesta a otra lógica del vestir: la calidad, la artesanía, la durabilidad y el respeto por quienes producen y quienes lucen la prenda.
Y vos, con cuál te identificas?
Hasta la próxima
La Señora del Lujo Silencioso
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